QUE EL ÁNGEL DE LA JIRIBILLA LOS ACOMPAÑE.

martes, 26 de octubre de 2010

LEZAMA NOS UNE

Allí estábamos, cubanos todos, nacidos en lugares y fechas diferentes. Unidos por una misma pasión. Unos venían de Cuba, pero había otros de lugares tan lejanos como Suecia. Desperdigados por el mundo. Anhelando sueños diferentes o, quizás -quién sabe- el mismo sueño. Lezama nos cobijó durante tres días en Puebla. Lezama nos unió bajo otro cielo, otro aire, otro acento. No hubo una sola palabra altisonante o irrespetuosa para los diversos modos de ver la vida. La palabra fue metáfora y la espera se hizo perceptible, más humana que nunca. “Estira tu mano y encontrarás la noche y su mano amiga”. Ofrecimos la mano y recibimos sonrisas: sin escarnios, sin muros, sin intolerancia. En medio de las aguas congeladas o hirvientes/un puente, un gran puente que no se le ve/pero que anda sobre su propia obra manuscrita. Quizás sea un signo, una imago concurrente de posibles futuros para todos. De futuras manos y enigmas. Un gran puente entre nosotros. Entre nosotros y la Isla. Desde la Isla al Mundo. Por azar o libre elección. Un gran puente nos convida a brindar agua en el desierto, pez en el mar, pan en los brazos vacíos de nostalgias. Un puente que no vemos pero que sí vamos construyendo. No nos fugaremos sin alas porque las astas del ciervo asesinado son peces, son llamas, son flautas. Envolveremos labios que hace mucho se han desligado de la Isla. Limpiaremos las manos sin sangre y cobijaremos las nuevas.

Hoy, Lezama nos ha unido.
Que el ángel de la jiribilla nos acompañe en todos los futuros caminos recurrentes.
Puebla, octubre de 2010.