QUE EL ÁNGEL DE LA JIRIBILLA LOS ACOMPAÑE.

miércoles, 31 de diciembre de 2008

ENTRE LOS POROS Y LAS ESTRELLAS

Nada mejor para despedir el 2008 que esta agradable noticia que acabo de recibir: en enero será la presentación del libro Entre los poros y las estrellas, antología de cuentos acerca del tema de la pareja, en sus múltiples variantes, realizada por el Dr. Emmanuel Tornés, buen amigo que ha dedicado esfuerzos últimamente en la realización de este tipo de textos -como lo fue Contar es un placer. La editora Abril es la encargada de la publicación, en la que intervienen voces muy importantes de la actual narrativa cubana, como Leonardo Padura, Amir Valle, Anna Lidia Vega Serova, Rafael de Águila, Alberto Guerra, entre otros. Mi cuento "Promesa en 16 menor" es el que me representa en esta ocasión.


Y, como muestra, les dejo la portada del libro.


FELIZ 2009 A TODOS. LOS ESPERO POR ACÁ EL PRÓXIMO AÑO.

jueves, 25 de diciembre de 2008

FELIZ NAVIDAD

Una vez más, gran parte de los cubanos hemos pasado la Navidad desperdigados por el Mundo. La familia dividida ha sido el balance más irreparable de estos cincuenta años. No obstante, tenemos la esperanza en un 2009 diferente.



Los dejo con el hermoso mensaje que desde Argentina nos envía Sandra, La Negra

Queridos Amigos:
La contemplación del Niño Dios en el pesebre nos hace pensar en los niños pobres, en los que, concebidos, son rechazados o, apenas nacidos, no tienen medios para sobrevivir. Descubramos los auténticos valores de la Navidad, dejando de lado todo lo que ensombrece su genuino significado. En estos días santos, los cristianos no conmemoramos el surgir de un gran personaje, y menos aún el comienzo de una nueva estación. La Navidad recuerda un hecho fundamental: en la oscuridad de la noche de Belén se hizo una gran luz. El Creador del universo se encarnó uniéndose indisolublemente a la naturaleza humana y, sin dejar de ser realmente Dios de Dios y luz de luz, se hizo al mismo tiempo verdadero hombre. El Verbo encarnado es una Persona que se interesa por cada persona, es el Hijo de Dios vivo, que se hizo pequeño para vencer nuestra soberbia y hacernos auténticamente libres, libres para amarlo.
Que el Nino Jesus los colme de Amor y bendiciones. ¡Feliz Navidad!




sábado, 20 de diciembre de 2008

LOS CUBANOS CUARENTONES


Una reflexión de mi generación. No sé quién la escribió, al final consigno los únicos datos que tengo. Todos los cubanos que nacieron en la década del 70 sentirán como propios estos nostálgicos recuerdos. Para el resto, nuestras memorias de lo que vivimos.


Cuba, ¿la espera interminable?
Desde la infancia del cuarentón de hoy, cuando vestía su almidonado uniforme de pionero y aprendía a jurar que sería como el Che, todos lo convencieron de que el futuro sería indefectiblemente luminoso. Las estrecheces de los hogares cubanos eran compensadas con la fe en ese futuro mejor. No importaban los apagones, las movilizaciones cañeras, los zapatos plásticos, el gofio como sustento infantil, si el país era una inmensa obra en construcción donde a toda hora sonaban las concreteras y los martillos, y que se iba llenando de escuelas, hospitales y viviendas. Hechos en serie, es cierto, pero que anticipaban el supuesto bienestar del futuro.
No importó tampoco que rusos, búlgaros y checos se metieran en todo y modificaran en un periquete las más criollas tradiciones de trabajo, pues a cambio inundaban el país de petróleo y tractores, camiones y ladas, pomitos de compota y películas de guerra, chícharos y maquinaria pesada con la que se construiría la industria del futuro.
Luego, y a pesar de la “hostilidad del imperialismo”, casi todos los cuarentones de hoy fueron llevados por sus padres a aquellas famosas Vueltas a Cuba, donde podían hospedarse en los mejores hoteles del país; mientras los más afortunados daban la vuelta aún más lejos, en las “giras por los países socialistas”, donde el futuro parecía brillar en todo su esplendor.
La inocencia de los cuarentones de hoy se fue perdiendo en las becas donde se libraban sórdidas batallas nocturnas y los profesores tenían odaliscas particulares. Era el tiempo de otros sacrificios: inventar un pantalón campana con tela de saco de harina, esconderse para oír la música favorita en emisoras enemigas, sobrevivir con la asquerosa pitanza servida en bandejas de aluminio, la lucha por conservar unos centímetros más de pelo, la primera afeitada con la cuchilla Gillette que le mandaron a alguien, pegada en una postal desde el país enemigo.
Detrás de las cuchillas, un buen día vino “la comunidad”. Hubo que sonreírles a señoras teñidas de rubio, fragantes y sonrosadas, que se asombraban de lo grandes que estaban los muchachos, y regalaban productos de la maldita sociedad de consumo, donde, al parecer, nadie tenía que sacrificarse tanto para asegurarse un futuro luminoso. Pero lo mejor era no pensar en cuestiones metafísicas: llegaba el momento de escoger con qué carrera cada adolescente iba a construir el futuro. Sonaba la hora de estudiar en la universidad.
Los cuarentones de hoy se vieron, de pronto, instalados en Novosibirsk o en Vladivostok, en Bakú, Tashkent o Tbilisi, estudiando especialidades con nombres insospechados en el pequeño país caribeño: Física Nuclear, Electrónica aplicada a la computación, SAD-PT y así por el estilo.
Predominaban las carreras técnicas, pues todos querían ser ingenieros o científicos para hacer que el futuro llegara más rápido. Mientras, los cuarentones de hoy que se quedaron, invadían también frenéticamente las escuelas de ingeniería y sólo unos pocos, desafiando la oleada tecnicista, hacían unos tímidos estudios sociales.
El que no iba a ser médico o ingeniero, tenía el sagrado deber de meterse en el Destacamento Pedagógico, con vocación o sin ella. ¿No era acaso lo que necesitaba la patria? Las nuevas generaciones hervían de entusiasmo, pues con una juventud casi totalmente profesional no habría país que compitiera con éste.
Pero cuando los cuarentones de hoy terminaron sus estudios, se encontraron que no había dónde utilizarlos. La mayoría de las especialidades que habían estudiado resultaban completamente inútiles, pues en Cuba aún no se podían aplicar los novedosos conocimientos adquiridos.
Los que venían de tierras distantes regresaron con sus visiones particulares del socialismo -que extrañamente no se parecían mucho entre sí-, pero compartían un status de aristócratas técnicos muy chic. Además, regresaban cargados de símbolos del futuro socialista que hacían sonreír a los que conocían el otro “futuro” (el pasado): muebles, bibelots e incluso exóticas mujeres con axilas sin depilar.
No obstante, la riqueza soñada nunca pareció más real que cuando el cuarentón de hoy empezó a trabajar en el desatinado sistema empresarial cubano. Muy pocos lograron avanzar en su especialidad: la mayoría era necesaria para dirigir con nuevas estrategias aquellas entidades donde el socialismo había ya materializado su ineficacia económica.
La “política de cuadros” y el Partido acogieron con brazos abiertos la nueva hornada de profesionales, pues la ineficacia, obviamente, se debía a la caterva de jefes veteranos que, dormidos en los cojines de sus medallas militares, no daban pie con bola en la economía política, ni en los planes quinquenales.
Siguiendo el ejemplo de la gran Rusia, había que emprender la “rectificación de errores”. Lo que nadie podía imaginarse era el vuelco total de la historia que empezó con la perestroika. Ni lo que siguió: la caída del Muro de Berlín arrastrando al bloque del Este. Y por extensión, tampoco nadie previó la onda expansiva que haría tambalearse al país caribeño en ese abismo llamado Período Especial.
Muchos cuarentones de hoy, más o menos situados, emigraron en balsa en 1994, dejando sus Ladas y su carné del Partido; el resto se quedó vegetando y se convirtió en aquella masa famélica que se lanzaba al campo a cambiar las ropas por plátanos y los zapatos por cerdos, pues para entonces ya sus hijos ocupaban el primer puesto indiscutible en el orden de prioridades de la supervivencia.
Por primera vez, la fe del cuarentón de hoy se estremeció profundamente. Las promesas en las que siempre creyó debían reconsiderarse. Del enternecedor optimismo que lo alimentaba hasta entonces, cayó en el desconcierto, la incertidumbre y el miedo.
Para colmo, la apertura de tiendas en divisas (fuera de su alcance) lo condenaron a una competencia desgarradora con sus contemporáneos por descubrir y explotar algún medio de entrada de dólares, para lo cual sus estudios especializados no le servían de nada. Así, cientos de arquitectos, ingenieros y médicos fueron a servir cócteles y limpiar habitaciones en hoteles para turistas, que encontraron muy distintos de cuando, dichosos, daban la vuelta a Cuba con sus padres y donde ahora sus propios hijos no podían entrar.
Esa época fue más oscura por la muerte de las ilusiones que por la muerte de la economía. El cubano se acostumbró a la degradación total, aun cuando la crisis se suavizaba lentamente. Los valores éticos tradicionales fueron puestos al revés como un abrigo viejo. No es extraño, entonces, que la voluntad de la nación -salvo honrosas excepciones- se aplanara a un nivel animal, de manipulación absoluta por parte del gobierno.
Y he aquí al cuarentón de hoy, que todavía lleva dentro al pionerito de pañoleta que creía en el futuro luminoso, sin saber qué decir a sus hijos adolescentes que odian la idea de estudiar en la universidad, le piden jeans de 20 dólares y sueñan, sin excepción, con ser camareros o emigrar a Estados Unidos. Su vida es un círculo vicioso de trabajo inútil, colas interminables y malabares con el salario. No puede ni tirar una canita al aire: los romances cada día son más caros.
Se desliza hacia los cincuenta sin que ninguno de sus sueños se haga realidad. Se le ponen los dientes largos cuando se entera del éxito de sus contemporáneos que lograron instalarse “afuera”.
A veces, atormentado por el insomnio, se pregunta por qué no tuvo valor para echarse al mar en una balsa y dónde fue a parar el paquete de promesas en que le enseñaron a creer. Quisiera saber para qué sirvió tanto sacrificio, tanta juventud malgastada. Le parece mentira que ya está en el futuro, en aquel futuro que imaginaba tan distinto. Es muy duro admitir que su cuota de futuros se ha agotado…

TOMADO DE UN COMENTARIO DEL BLOG GENERACIÓN Y

917
Cubano 100% para violeta dijo: Diciembre 16, 2008 , 16:36


viernes, 12 de diciembre de 2008

NAVIDAD EN LAS CÁRCELES DE CUBA

María Elena Cruz Varela, prisionera política en las cárceles de Cuba, narra mediante historias reales y con estilo novelado, la experiencia de una dura etapa, en su libro, publicado por Ediciones Martínez Roca, “Dios en las cárceles cubanas”, del que extraemos la descripción de una de sus Navidades.



Ya están listos los preparativos para celebrar la Navidad. Sólo nos faltaba solucionar lo del Niño Jesús, pero Nana encontró un recurso muy fácil. No voy a adelantar de qué se trata.
Elisita es elegida por la mayoría como la madre del niño Jesús. Es tan bonita, tan frágil y, a la vez, tan sólida, que pensamos que así mismo debió de ser el aspecto de la Virgen María cuando Dios la escogió como madre de su Único Hijo.Con el rey Baltasar tampoco hay problemas. Será Marcela, quien jocosa y agradecida comenta: “¡Vaya, es la primera vez que ser negra me sirve para algo!”Magda, con su media cara aún morada, será Gaspar. Elena será Melchor, y las demás estarán en el escenario, representando a los pastores, camellos, ovejas, bueyes y la burra. Elsa, junto a las que más o menos afinan, está en el coro quePaula pródiga se empeña en dirigir ajustándose, una y otra vez, sus gruesas gafas que, para colmo de males, han perdido el tomillo de una varilla y las tiene remendadas con alambre de cobre.

Llega el día de la gran noche estamos alegres, más disciplinadas que nunca. No queremos echarlo a perder a última hora, porque nos hemos librado de las requisas. Reina una tranquilidad que casi se puede palpar.“Esto forma parte de un complot celestial”, bromea la doctora Bely, una de las solistas del coro, mientras revisamos los detalles de última hora para que no vaya a aparecer ningún fallo técnico. Las cortinas, sábanas teñidas con violeta de genciana que, a la luz amarillenta de las bombillas, se vuelven de un malva muy especial, se descorren lentamente, como debe ser en un buen teatro.
En el suelo, dormido, José se revuelve intranquilo porque está teniendo un sueño muy raro. En una esquina, el ángel se asoma sólo a medias por dos razones: porque es un sueño de José y para que las maltrechas alas no se vean mucho.El ángel le habla muy bajito a José, que se despierta sobresaltado, a tiempo de ver cómo el ángel desaparece envuelto en su túnica de sábana blanca. Se presenta el coro con trajes violeta, a tono con las cortinas.Paula está pasando tremendo trabajo para dirigir. En el teatro no cabe una alma y tiene que pararse como puede sobre las piernas de las que están en primera fila. “Es-ta-ba Jo-sé / el An-gel ve-nía / iSo-ña-baa Ma-rííía/ e ir-se des-pu-eeeés!”
Para el segundo acto, hicimos un establo con pedazos de plástico, de madera, con las colchonetas y las almohadas. En una esquina, José y María junto a bultos que representan a las vacas y las ovejas. La mula está sola, aparte, ramoneando en medio de los haces de paja. Todo está tan bonito que parece un belén de verdad.Con el entusiasmo se nos han olvidado las guardias. Aparecen los tres Reyes de Oriente vestidos de rojo -mercurio cromo-, verde -azul de metileno con bijol-, y amarillo -sólo bijol-. Avanzan despacio sobre los camellos -palos de escobas con las cabezas de almohadas forradas en sacos de yute-.Las mujeres cantan lo mejor que saben y Paula dirige el coro lo mejor que puede. “iOh pue-ble-ciii-to de Be-lén! / iAfooor-tu-na-aa-do-túúúú!” Y iqué maravilla! Esta vez, Elena-Melchor no se equivoca y apunta rumbo adonde cuelga laestrella, hecha con los papeles plateados de las cajas de cigarrillos.

Después viene el coro de la anunciación a los pastores. Las cortinas vuelven a abrirse para mostrarnos a la Virgen María-Elisita, que ya está con los dolores del parto, pero no suelta ni un quejido. Como suponemos le corresponde a la Madre de Jesús, traerá a su hijo al mundo con valor y elegancia. María-Elisita contrae el rostro,se concentra y… i¡iYaaa!!!
En un rincón en penumbras, directamente sobre el pesebre que, con tanta paciencia, ha armado Laura, se enciende una luz, la más brillante de todas, tan fuerte, que es el centro de atención. ¡Ha nacido la Luz del mundo! El coro arranca a cantar “Ha nacido el niño Jesús” y las lágrimas,incontenibles, ruedan por todas las mejillas, casi sin excepción, y digo casi porque en la galera está la jefa de orden interior, una mulata imponente que sustituyó a la oficial Migdalia cuando Xiomara, la de Coco Solo, y sus secuaces, la navajearon detrás de los baños. Ella no llora, pero parece hipnotizada. No nos enteramos de cómo ni cuándo entraron las guardias. El coro continuó cantando y Paula, más que nerviosa, dirigiendo sobre las piernas de dos de las muchachitas, que la sostienen por los tobillos para que no acabe reventada en el suelo.Al terminar con la última canción, el silencio se podía cortar con unas tijeras. Durante unos segundos, la emoción nos embargó. Después, sonaron los aplausos y los vivas a Cristo Rey. Desde el fondo de la galera, una voz, sola durante breves instantes, irrumpió honda, ronca por la carga de emotividad. “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre…”Inmediatamente, todas nos unimos a la oración prohibida, que, por primera vez, se escucha tan alto en este lugar, dándole resonancias hasta ahora desconocidas. La acústica y la conmoción se encargaron de elevar nuestra plegaria hasta el mismísimo cielo.

La atmósfera es indescriptible. Nos confundimos en un abrazo general, rotundo, olvidando la presencia de las guardias, que continúan petrificadas y nos miran sin rabia, sin desdén, con el estupor reflejado en sus semblantes.El amanecer nos sorprende exultantes, henchidas de fervor religioso. Un milagro, únicamente un milagro pudo permitimos esta celebración. Otras veces, por menos, se armaba el lío, los golpes, los grifos, las obscenidades, pero esta vez, gracias a la intervención divina, todo transcurrió de maravilla. Sabemos que no se quedará así, que buscarán la manera de cobrárnosla, pero ya no nos importa. Ésta es una victoria, una de las más grandes victorias que Dios nos ha ayudado a obtener. Atentas y envalentonadas, permanecemos hasta la voz del… ¡de pie!.
Hagan lo que hagan, digan lo que digan no vamos a permitir que nos fastidien lo que hemos vivido esta noche, en que hemos estado tan cerca de Dios.

Artículo extraído de la Revista Avemaría, nº 692. Diciembre de 2003

sábado, 6 de diciembre de 2008

UNA ENTREVISTA

En septiembre, cuando me gané el Premio Sergio Galindo, me realizaron esta entrevista que pongo hoy a disposición de uds.


Entrevista con Yamilet García
"Conocer la historia y leer, medios para lograr un mundo mejor. Si la gente sabe de dónde viene, seguramente sabrá a dónde va"
Por: Irma Villa
Del otro lado, mi vida es el título de la novela que ganó el Premio Latinoamericano a Primera Novela Sergio Galindo de la Universidad Veracruzana (UV), en su edición 2008. Su autoría recae en la cuentista Yamilet García Zamora, cubana radicada en México que gusta de entender a la realidad a través del conocimiento de la historia y que sugiere la lectura como instrumento para arrancar sonrisas a la gente.En entrevista para el periódico UniVerso aseguró: “Tú le lees un cuento a la gente y es como si se le iluminará el día, sonríe porque se olvida un momento de lo que está pasando”.Habló del contenido de Del otro lado, mi vida –novela que a decir del jurado integrado por los escritores Ana Clavel, Juan Tovar y Sergio González Rodríguez, decidió concederle el premio “por considerar que se trata de una obra que entremezcla recursos históricos con referencia al siglo XVIII, con la época actual a través de una trama policiaca que da una visión crítica de Cuba”–; de su incursión a la novela policiaca; de su visión sobre Cuba –donde, aseguró, las últimas elecciones democráticas fueron en 1948–; de lo que a ella le significan las palabras libertad, democracia y cambio; de Fidel Castro, a quien no admira pero lo considera genial. A propósito de tu novela, ¿cuáles son los paralelos que encuentras en este rescate que haces? ¿Qué similitudes hay entre las épocas pasadas y las presentes?Creo que los grandes problemas del hombre son los mismos en todas las épocas: el amor, el odio, las guerras, los asesinatos, los robos. Aunque en el caso específico de Del otro lado, mi vida, lo que sucede en otras épocas no son precisamente asesinatos, pero digamos que los grandes problemas del hombre son universales y se me hace muy importante rescatar la historia y seccionalizarla porque la historia siempre la escriben los vencedores, es casi un cliché, pero es una gran verdad y generalmente dejamos al margen muchos aspectos de la historia que son interesantes y la gente no conoce y éstos son los que me interesan a mí.
¿Como cuáles?En esta novela se hace mucho énfasis en el tema de cuando los ingleses atacaron La Habana, en el papel que hicieron los criollos en la defensa de La Habana. Éste es quizás el discurso oficial establecido por toda una vida y a mí me interesó mucho el papel de los españoles. ¡Vamos, que hubo españoles cobardes!, ¡claro! pero también españoles muy valientes y entonces, desgraciadamente, los valientes cargan con las culpas de los cobardes; por eso quise rescatar a esos españoles y a esa historia que no se maneja bien, que no se conoce, que la gente no lee, rescatar lo poco conocido por la historia y seccionalizarlo.
¿Y qué sería eso que aportan los españoles a Cuba, qué legado le deja España a Cuba?Creo que Cuba es un país muy español, de esto me di cuenta en México, es un país muy español: en las costumbres, en la comida, en la forma de hablar. Y creo que no se le ha dado mucho valor al papel de una persona como Don Luis de Velasco, quien participó en la defensa de La Habana cuando atacaron los ingleses y que fue un español de honor, de esos militares antiguos que desgraciadamente en este mundo cuesta mucho trabajo encontrarlos y habría que buscarlos entre otras figuras históricas extraviadas. Don Luis de Velasco era el gobernador de El Morro, estaba al frente del castillo y murió defendiéndolo con humildad y mucho honor, y es esto lo que a veces se nos olvida.
¿Cómo son tus personajes?En el caso de esta novela es un policía que se involucra todo el tiempo sin saber con una jinetera; detrás de esta historia existe otra historia –ubicada en el siglo XVIII– de un oficial español enamorado de una esclava. De esta forma los personajes de la jinetera y la esclava son iguales, como también lo son el policía del siglo XX y el oficial español del siglo XVIII, son personajes duales que se repiten en el tiempo. En el caso del policía, éste seguirá como personaje principal en otras dos novelas próximas, es un hombre frío para las mujeres que le rodean, pero es un hombre al que todo el mundo se lo balconea, le dicen El Cubo porque su nombre y apellidos comienzan con O: Orlando Orjales Orta.
Muchas veces se ha dicho que la escritura no es para mujeres. ¿Qué te motivó a ti a escribir y sobre todo a elegir el género policiaco?Escribo desde los nueve años, es un misterio, ¿no?, que una niña de nueve años llegue un día y le diga a su mamá: ¡Mira lo que escribí!, le mostré un cuento policiaco. Seguí escribiendo y a los 14 años gané mi primer premio gracias a un cuento policiaco.Cuando digo policiaco quiero decir contraespionaje, y es que en esa época ponían en Cuba una serie de televisión que se llamaba En silencio ha tenido que ser, que era una historia de un agente cubano infiltrado en Estados Unidos, de aquí se me ocurrió escribir una historia de adolescentes que captan la seguridad del Estado y comienzan a hacer labores de contraespionaje –imagínate qué locura, yo estaba en segundo de secundaria, mis compañeros de aula eran los protagonistas del cuento y era una noveleta, eran 80 cuartillas–, que ponían bombas y todo ese tipo de cosas; por eso al jurado le llamó la atención mi noveleta y la premió.
Como escritora, ¿qué tienes que decir al mundo?Como escritora tengo que decirle muchas cosas. Soy escritora policiaca fundamentalmente, también he escrito cuentos infantiles, otras cosas, y lo que más me interesa es ligar la historia con los temas actuales, se me hace muy importante rescatar la historia.Frente a la realidad que vivimos, ¿cómo te defiendes?No sé, creo que en el mundo moderno hay una manía por ser importante. A mí francamente esas cosas no me interesan, para mí lo más importante en el mundo son los libros, quiero muchos libros para leer, soy una lectora voraz de novela y de cuentos, no sólo de novela policiaca. Leo todo lo bueno que haya, también me gusta viajar pero las ventajas de leer y escribir son muy amplias, es como entrar en un mundo espiritual.
¿Eres religiosa?No, la literatura es mi religión.
¿Qué tendrían que hacer ustedes los escritores para que el mundo mejorara?Yo creo que tenemos un trabajo muy difícil porque por mucho que escribamos el problema es que la gente nos lea, porque no basta con que nuestros amigos te lean, o en mi caso mis alumnos que están locos y desesperados porque salga la novela; no basta ese círculo. Es ir más allá.Por eso creo que para ayudar a este mundo es necesario rescatar la historia, es una manera genial de ayudar al mundo: si la gente sabe de dónde viene seguramente sepa adónde va, eso es muy importante y eso en los mayores desastres, en las mayores miserias siempre te salva. Tú le lees un cuento a la gente y es como si se le iluminará el día, sonríe porque se olvida un momento de lo que está pasando.Otro ejemplo, si en un salón de clases donde hay muchachos que no paran de hablar, vienes y les dices ‘les voy a leer un cuento’, automáticamente se callan, con lo cual me dejan dar clase.
Cuando empezaste a escribir confesaste que no entendías las palabras. ¿Qué sucede ahora con éstas?Sigo sin entenderlas… (sonríe). Escribir una novela es muy difícil, tienes que armar subtramas y hacer páginas, iluminar la palabra es dificilísimo pero me ha gustado, tanto que ya tengo ahí dos novelitas pensadas. Una continuación de ésta y la otra no tiene nada que ver, lo que sí es que las dos tienen que ver con la historia, pero me muevo muy bien en el cuento, que es más breve, está cerrado y no sé, toda mi vida he escrito cuentos…
Vuelvo a insistir con las palabras, ¿qué significan para ti libertad, democracia y cambio?Todo lo que no hay en Cuba. ¿Qué es libertad?, híjole, poder viajar a donde uno quiere, parece una cosa elemental pero eso es para mí. Es que desde niña mi mamá nos dijo –a mi hermano y a mí– ‘pobrecitos no pueden viajar’ y de buenas a primeras sabes que de acuerdo con tu bolsillo puedes ir a donde se te antoje y no tienes que ser millonario. Eso fue un gran descubrimiento para mí en México.Ahora bien, la palabra libertad no tiene el mismo significado en Cuba que aquí en México, lo voy a explicar con la frase (de Martí) Ser cultos para ser libres, que es, digamos, el sentimiento de la revolución, y el pueblo cubano es muy culto pero la frase no funciona porque no somos libres, porque no se vale que tú me des educación y después me censures lo que leo, el arte y las películas que quiero ver. Es ilógico que me enseñes pero me prohíbes salir, me das todos los conocimientos del mundo pero vivimos en una isla literal y absolutamente. Esto no es ser libre, sólo es ser culto, y prueba de ello es que mi hermano, mi esposo y yo salimos de nuestro país gracias a becas.Y mira, a mí nunca se me olvidará la primera impresión que sentí cuando vi una librería en México, me quedé así –alza sus manos y cubre los ojos varias veces– y dije ‘¿Si tengo dinero puedo comprar todos estos libros?’, o simplemente el poder comer todo lo que pueda, y esto son pequeñas cosas pero eso es la libertad.
¿Democracia?¿Habrá democracia en algún lugar?, es como pensar que existe el mundo perfecto y creo que éste es el gravísimo error del comunismo: no existe el mundo perfecto. Hay una frase de Fresa y Chocolate donde un chico le dice a otro ‘Esto que nosotros llamamos paraíso ustedes le llaman comunismo’.
¿Cambio?El ser humano para crecer tiene que cambiar todos los días, si no cambias todos los días no creces, te quedas estancado pues sigues siendo niño, y eso es lo que le ha pasado a Cuba. Si te mantienes en lo mismo desde hace 50 años y no te das cuenta que el mundo cambió, que el mundo no es el mismo, que las generaciones cambiaron y que cambiar no significa siempre lo negativo. Ésa es la manía en Cuba, creer que todo lo que es cambio es malo, la tele es mala, las computadoras son malas, los celulares son malos, los televisores son malos, las tiendas son malas, comer mucho es malo; entonces, ¿qué es bueno?Imagínate, mi papá tiene 73 años y nunca ha votado por ningún presidente. Las últimas elecciones democráticas en Cuba fueron en 1948, porque después de esta fecha fue el Golpe de Estado de Batista, luego entró Fidel y nunca más ha habido elecciones, elecciones como se conoce en México con todo y que la gente diga que hay fraudes, pero el sólo el hecho de tener el derecho de ir a votar ya es importante, pero la gente no se da cuenta de eso.
¿En Cuba no votan?Por el Presidente no, es escalonado, es la cosa más chistosa del mundo. Tú votas por los de tu cuadra, los de tu cuadra se reúnen y votan por los del municipio, los del municipio se reúnen y votan por los de La Provincia y los de La Provincia votan por el Presidente, y ésas dicen que son elecciones democráticas porque la gente votó, esto es lo interesante del escalonamiento de ideas.
¿Qué sentido toman dichas palabras cuando las pronuncia Fidel Castro?Yo creo que para entender eso hay que estar en un discurso con Fidel. La fuerza, la pasión con que usaba las palabras, es un hombre genial, no se le puede quitar lo genial, había que ver cómo la gente se iba inflamando al escucharlo. Su personalidad y su palabra son incendiarias, es un hombre impactante y te está hablando una persona que no lo admira, imagínate cómo lo ven sus admiradores.
Y tú que ya no lo admiras, ¿crees que le importe lo que piensen los cubanos?Yo creo que sí le interesa mucho lo que la gente dice, es parte del ego. A mí me interesa mucho lo que mis alumnos opinan en las evaluaciones sobre mí.
Yamilet García Zamora nació en La Habana, Cuba. Sus escritores favoritos son José Lezama Lima, José Martí, Octavio Paz, Julio Cortázar y Carlos Fuentes. Estudió la Licenciatura en Literatura Hispanoamericana, una maestría en Museos y un doctorado en Teoría Literaria.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

UN NUEVO CUENTO DE 200 PALABRAS

Parece que, una vez logrado, entusiasma esto de las 200 palabras. El problema es acostumbrarse y no poder escribir novelas luego, porque entre 200 y 200 páginas... hay un universo. Pero haré mi mejor esfuerzo. Ahí les va... que me perdonen los hombres...


UN DÍA CUALQUIERA
Cierra los ojos, amor. Mis manos por tu cuerpo, surcos de las que parecen uñas. Taladros en mi mente. Años de castigo, amor. Noches sin sexo. Yo, la sonriente. Labios que apresuran un mordisco en tu vientre. Mi brazo en tu cuello. Mi lengua en tus dientes. Mis dientes en tu sexo. Sudor, gemidos, holocausto. Sufre mi sexo, amor. Olor a nada. A dolor. A sangre. Porque eres viento, muñeco desechado. Siente, es único el éxtasis que te desgarra las entrañas. Por tantas súplicas, amor. Mi saliva en tu ombligo. ¿Mis dedos? ¿Mi saliva? ¿Mi poder? El desasosiego de no poder saber el final. Goza, amor, el dolor de la espera. Soy yo la culpa y la rendición. La puta. La otra. La ladrona de los tiempos. Tu orgasmo pletórico. Una vez más, me rindo a tu deseo. Porque ahora soy toda imagen. De la burla. Del escarnio Mi sonrisa en tu aliento. Mis dedos en tus órbitas apagadas. Hoy, un día cualquiera. Soy yo que te cabalgo porque ya no puedes moverte. No gimes. Entraré una y otra vez en tu cuerpo que es mío para siempre. El puñal en mi mano. El silencio, amor. Mi triunfo por siempre.