QUE EL ÁNGEL DE LA JIRIBILLA LOS ACOMPAÑE.

miércoles, 27 de agosto de 2008

CUBA NECESITA CAMBIOS. SEGUNDA PARTE


A falta de otro conocido, estas bases programáticas son nuestra contribución.

1-Transitar del "socialismo de estado" al Socialismo Participativo y Democrático. Dejar atrás el fracasado sistema centrista, autoritario, estatista-asalariado y estructurado verticalmente de arriba hacia abajo, heredado del estalinismo y avanzar a la concepción cooperativista integral moderna del Socialismo en el Siglo XXI, a un sistema comunal-democrático descentralizado, apoyado en relaciones socialistas de producción que horizontalmente integre y armonice, de abajo hacia arriba las funciones productivas, de gobierno, justicia y otras.
Para serlo, el socialismo debe ser Participativo porque en la formulación y toma de decisiones participan directa y comprometidamente las masas, los trabajadores y toda la población afectada. Democrático porque las decisiones importantes que afectan a todos los ciudadanos del país o de un conglomerado social, productivo o comunitario deben contar con la aprobación mayoritaria de los interesados. Libertario porque se crearán por primera vez condiciones reales para la libertad plena del ser humano y para el ejercicio, por todos, de todos los derechos políticos, civiles y económicos por los que ha luchado la humanidad. Humanista porque pone al ser humano y a sus valores éticos y espirituales en el centro de la vida social. Autogestionario, porque el trabajo organizado en forma cooperativa-autogestionaria caracterizará al nuevo sistema de organización de la producción y al funcionamiento de toda la sociedad. Inclusivo porque no permitirá ningún tipo de sectarismo, discriminación ni exclusión arbitraria por razón alguna, en la participación y en la democracia, de manera que todos se sientan interesados y comprometidos en el proyecto común. Integracionista porque sólo con la integración económica, política y social de varios países podrá lograrse el triunfo del nuevo sistema, por lo cual necesitamos que otros pueblos avancen por este camino y apoyamos un ALBA efectivo, por abajo, pueblo a pueblo, que avance a economías similares y a pasaporte y moneda únicos.
2-Resolver el conflicto fundamental que origina el actual estancamiento del socialismo en Cuba, existente entre el potencial alcanzado por las fuerzas productivas y las relaciones asalariadas estatales de producción. Esto implica armonizar el desarrollo de la técnica y las capacidades humanas, con las formas de producción correspondientes y en consecuencia, avanzar gradualmente -como corresponde a la fase social de la Revolución- de las relaciones estatales neocapitalistas asalariadas de producción, distribución y consumo, a las nuevas relaciones socialistas de producción cooperativistas-autogestionarias, hasta hacerlas mayoritarias y traspasen sus principios colectivistas, democráticos, solidarios, libertarios y humanistas inherentes a sus formas de propiedad, gestión y distribución, al funcionamiento de la nueva sociedad, a todas las instituciones de la superestructura y den lugar a una nueva conciencia social. La Autogestión debe ser empresarial y social, organizada en cada entidad productiva y en toda la sociedad.
Las nuevas relaciones cooperativas-autogestionarias de producción se caracterizan por: 1) los propios trabajadores asociados, dueños o usufructuarios colectivos, de sus medios de producción, auto "explotan" su fuerza de trabajo; 2) administran democráticamente su gestión productiva (control de gastos, planificación y elección de dirección) y 3) controlan y distribuyen el plustrabajo o excedente, antes plusvalía, una parte para la reproducción de la entidad, otra para la contribución a la seguridad social, las actividades presupuestadas y los planes de desarrollo general y el resto sería repartido equitativamente para el consumo directo de los trabajadores. La cooperativa es una forma de propiedad y asociación, el cooperativismo la forma en que se organizan la gestión y la distribución en la cooperativa. En el Manifiesto Comunista se expresa que "el trabajo asalariado es la forma de la existencia del capitalismo", de manera que el socialismo pasa por la superación del trabajo asalariado.
3-Adecuar la propiedad al desarrollo de las fuerzas productivas: Para que el poder de los trabajadores y del pueblo sea real y pueda hacerse efectivo el desarrollo y la expansión de las nuevas relaciones socialistas de producción, es necesario que los medios de producción, los recursos y las finanzas, ahora en manos de la burocracia, sean controlados escalonada y progresivamente por los distintos niveles del poder popular, la nación, la región, la comunidad, los colectivos laborales y las personas. Como la propiedad lleva por nombre la forma en que se explota, la propiedad estatal asalariada debe ser sustituida gradualmente por la propiedad socialista de los colectivos de trabajadores y sociales, sobre bases estatales, grupales o individuales, según su desarrollo, en la siguiente forma general:
Cooperativa, incluiría además de a pequeños campesinos unidos voluntariamente, pequeñas empresas industriales o de servicios (construcción, gastronomía, talleres de reparaciones) más bien de tipo artesanales, donde los medios de producción aportados son de propiedad original de los trabajadores. Autogestionada para empresas medias a pequeñas por su nivel de desarrollo (pequeñas fábricas, talleres, restaurantes, instalaciones hoteleras menores) donde la propiedad sobre los medios de producción se otorgaría directamente a los trabajadores en forma plena, por medio de venta, al contado o a crédito, o la cesión por parte del Estado. Los trabajadores determinarían autogestionadamente todo en la empresa, a través de sus órganos democráticamente elegidos. Cogestionada (entre el estado y los trabajadores) Para las empresas de interés nacional o estratégico, con alto nivel tecnológico, que demandan una enorme cantidad de recursos y personal altamente especializado que solo puede ser aportado por el presupuesto estatal o el capital extranjero. Pueden existir varios tipos de empresas cogestionadas entre el estado y el Colectivo de Trabajadores, donde toda la propiedad y la administración podrían ser o no compartidas por el nivel estatal correspondiente entregada parcial o totalmente en usufructo o arriendo a los trabajadores, y funcionando sobre los principios de la gestión colectiva democrática y la repartición equitativa de una parte de las utilidades. Los detalles específicos tendrían que valorarse casuísticamente entre el colectivo de trabajadores y la parte estatal responsable. El carácter compartido de la administración y la propiedad entre el estado y los trabajadores, garantizarían que no haya subestimación de los intereses de la nación o el surgimiento de tendencias localistas o regionales perjudiciales.
Todas estas formas de propiedad deben verse en desarrollo y tenderían a integrarse en forma territorial, sectorial o ramal, en uniones de cooperativas y demás asociaciones, para formar agrupaciones mayores, más potentes o integrales, según convenga y sea decidido democráticamente por sus trabajadores y el nivel estatal correspondiente en las empresas cogestionadas, hasta convertir todo en una gran unión de asociaciones autogestionadas, debiendo quedar estatuido que son indivisibles e invendibles, y su fusión o unión con otras empresas quedar sujeta a leyes.
4-Admitir otras formas de propiedad y producción en el socialismo. Por tratarse de una sociedad de tránsito y existir fuerzas productivas de bajo nivel de desarrollo, tendrán que coexistir otras formas pre-socialistas de relaciones de producción, como la mercantil simple, de bienes o servicios, incluidos los profesionales (médicos, dentistas, abogados, arquitectos, publicistas, consultantes económicos, artistas, etc.) en forma individual o familiar y otras que la propia necesidad de la producción demande, así como la inversión extrajera controlada, preferiblemente indirecta y en forma mixta. El período de tránsito necesita todo eso. El trabajo por cuenta propia existe por necesidad natural y siendo privado no explota trabajo ajeno ni permite la reproducción ampliada, se trata de una forma individual-privada pero a la vez socializada y autogestionaria de la producción y la apropiación. Su tendencia natural mayoritaria en el socialismo deberá ser al cooperativismo. Donde no hay explotación de trabajo asalariado no hay capitalismo.
Todas las entidades y personas productoras individuales de bienes o servicios pagarían impuestos progresivos sobre sus utilidades, las que serían de más fácil control mientras mayor sea el desarrollo de la actividad bancaria y la generalización del dinero virtual. Las instituciones públicas de salud, educación (autonomía universitaria), cultura, recreación etc., que se nutrirían tanto de los presupuestos nacionales o municipales, como de los ingresos menores que puedan generarse, funcionarían de forma autónoma en interés de la nación y de todo el pueblo. La práctica irá precisando los ajustes. La célula fundamental de la sociedad socialista sería el centro laboral, alrededor del cual giraría la vida de las comunidades: escuelas, círculos infantiles y sociales y centros culturales, deportivos y de recreación y otros.
5-Crear en todos los centros laborales los Consejos Obreros, para ejercer el control directo de todas las decisiones: elección y/o ratificación de dirigentes empresariales, planificación, gestión y control democráticos de los planes de producción, costos, gastos e inversiones y cambiar la forma de pago de salario por la repartición equitativa de parte de las utilidades.
Este proceso debería ser encabezado por el Partido y los sindicatos; pero la clase trabajadora no puede esperar a que, por su propia iniciativa, el aparato burocrático, hasta hoy mayoritariamente indeciso a discutir siquiera cualquier avance en esta dirección, le profundice su Revolución. La emancipación de los trabajadores es obra de ellos mismos. Los trabajadores, los desposeídos y la pobrecía integrados en el Partido, las organizaciones de masas y el gobierno, son los llamados a encabezar la socialización con sus propias acciones y propuestas en cada centro, en cada lugar, a educar a estas instituciones y a radicalizarlas. De los trabajadores hay que aprender, no pretender "educarlos".
6-Aplicar nuevas concepciones de Planificación, mercado y circulación monetaria. Para lograr la nueva formación económico-social serán determinantes la unificación de la moneda, la planificación democrática y transformar paulatinamente las relaciones monetario-mercantiles y el mercado lucrativo por un intercambio de valores equivalentes. Entre los graves errores del "socialismo de estado" que buscó –equívocamente- su realización en la esfera de la distribución, estuvieron la excesiva centralización de la planificación y el control absoluto del mercado interno.
La planificación democrática es un proceso complejo y se concretará combinando los intereses generales de la nación con los de las regiones, las empresas, los individuos y la naturaleza, organizándola por niveles, de acuerdo con los respectivos presupuestos participativos aprobados en la nación, el municipio o la entidad económica, a partir de los propios ingresos, impuestos, asignaciones y créditos. Producción contra contrato.
El mercado -que no es lo que caracteriza al capitalismo, sino sus relaciones de producción- es heredado por el socialismo y será necesario por un tiempo indeterminado, pero con normas anti-monopolio que eviten la especulación. Los controles estatales monopólicos al mercado interno que existen en la actualidad, deberán desaparecer y dar paso a la actividad mercantil, como una más de servicios, pero sujeta a las formas de organización cooperativas-autogestionarias socialistas. Mantener centralmente el control de las licencias de exportación.
El dinero real, y cada vez más virtual, seguirá sirviendo como medida del valor y medio de pago mientras sea necesario, deberá avanzarse rápidamente a la moneda única para lograr una verdadera integración y armonía de la economía nacional y establecerse una equivalencia, lo más real posible, en relación con las monedas internacionales. Deben mantenerse los subsidios únicamente a personas necesitadas.
7-Reconocer que el gobierno no dirige la economía, sino que garantiza y ayuda a que funcione mejor. Error grave del socialismo estatal ha sido su pretensión de administrar y dirigir la economía y sus leyes que existen al margen de los deseos humanos. No se trata de "disminuir" el papel del estado en la transición socialista, sino de hacerlo de una manera distinta, más efectiva: en vez de ocuparse directamente de administrar, su papel es viabilizar el desarrollo de las relaciones de producción en concordancia con el avance alcanzado por las fuerzas productivas, coadyuvar al mejor funcionamiento de los mecanismos económicos correspondientes como la planificación democrática, el desarrollo armónico y proporcional de las ramas y las regiones, la ejecución de los presupuestos participativos aprobados en cada nivel estatal, prever y posibilitar el desarrollo de sistemas inversionista de infraestructura, transporte de todo tipo y comunicaciones, garantizar la internacionalización e integración socialista con otros países de economía similar y velar por el cumplimiento de las leyes nacionales y los convenios por los inversionistas extranjeros.
El estado viabilizaría y apoyaría el desarrollo del sistema cooperativo-autogestionario socialista en toda la economía, participaría en la formulación de la legislación que regule su funcionamiento y velaría por su cumplimiento. El gobierno se auxilia de su política crediticia y de la actividad del Banco Central, a su cargo, para ayudar al mejor funcionamiento de la economía.

lunes, 25 de agosto de 2008

CUBA NECESITA CAMBIOS PRIMERA PARTE

El socialismo ''pobre y sin perspectivas'' que prevalece en Cuba ha creado un estado de frustración y desesperanza nacional que podría desembocar en reacciones populares de consecuencias imprevisibles para el futuro del país, indica un documento emitido en La Habana por ex dirigentes comunistas cubanos.

En un texto divulgado en la internet, un grupo de figuras retiradas de la dirigencia partidista y gubernamental, militares jubilados y ex diplomáticos exhortan al gobernante Raúl Castro a ''transitar del socialismo de Estado al socialismo participativo y democrático'' como única salida a la crisis política, económica y social de la isla.

El documento fue puesto ''a la consideración de los trabajadores del pueblo y de todos los revolucionarios cubanos y del mundo'' el pasado 17 de agosto en la página digital Kaos en la Red, que se edita en Barcelona.

Desde entonces registra miles de lectores y 138 comentarios en la red, aunque no se ha publicado en ningún medio oficial cubano. El domingo, el diario español El Mundo reseñó el documento.

La iniciativa fue redactada por el diplomático jubilado Pedro Campos Santos, de 59 años, quien cumplió misiones en México y ante la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ginebra. Campos fue también investigador jefe del Centro de Estudios sobre Estados Unidos (CESEU), una entidad adscrita a la Universidad de La Habana y controlada por la Seguridad del Estado.

El pasado abril, el ex cónsul cubano en México y activista disidente Pedro Riera Escalante presentó ante la Asamblea Nacional) un proyecto de reforma migratoria que proponía eliminar los permisos de entrada y salida del país, pero la propuesta no fue considerada.

Cuba necesita un socialismo participativo y democrático. Propuestas programáticas. Presentación para su discusión pública al pueblo, a los trabajadores y a los revolucionarios cubanos, con miras al VI Congreso del Partido Comunista de Cuba.

Nada que deje en pie el sistema de explotación capitalista y el asalariado puede impedir la miseria de
las masas. Se hace pues, indispensable una transformación completa en el sistema de producir y distribuir.
Carlos Baliño, fundador del PRC y del PCC.
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Introducción. Cuba vive una continuada crisis económica, política y social a consecuencia del estancamiento en la socialización, generado por el pleno control burocrático estatal sobre la sociedad, los medios de producción y el plustrabajo y del permanente y criminal asedio imperialista. No obstante, se han realizado grandiosas transformaciones culturales, científicas y técnicas que han creado las condiciones para desarrollar nuevas relaciones socialistas de producción. La disminución de la población, su envejecimiento prematuro, la baja tasa de natalidad, la salida masiva del país de jóvenes por cualquier vía y la insatisfacción generalizada son consecuencias palpables de esa crisis. Mayoritariamente, los cubanos están frustrados, enajenados y desesperanzados y las nuevas generaciones -desmotivadas- no sienten el mismo compromiso que las anteriores con este "socialismo pobre y sin perspectivas" muy alejado de las expectativas, todo lo cual está conformando una rara especie de "situación revolucionaria" que podría desatarse imprevistamente y cuya evolución pudiera capitalizar el enemigo.
Preservar la Revolución demanda progresar de la estatización a la socialización. De lo contrario, se ahondará la creciente contradicción entre los esquemas estatales de propiedad, trabajo asalariado mal pagado y centralización de las decisiones y la distribución del plustrabajo (aspectos de las relaciones de producción) y el nivel científico, cultural y técnico alcanzado por los trabajadores cubanos y los medios de trabajo (elementos fundamentales de las fuerzas productivas); aumentará la lucha por controlar el plustrabajo entre el pueblo trabajador y el estado burocrático todo poseedor y decidor, que se lo apropia para usarlo a su buen entender y limita su control real por los auténticos dueños; y se profundizarán las dificultades económicas, el desinterés y el rechazo a ese "no-socialismo", con peligro de una plena restauración capitalista que para Cuba sería la anexión, la absorción de su cultura y un desastre incalculable para la nación y para el movimiento revolucionario internacional.
Para salvar al pueblo, la Patria y la Revolución urge un nuevo programa socialista, participativo y democrático, capaz de ofrecer soluciones constructivas a esas contradicciones, poner al ser humano –no al estado- al centro de la vida nacional, reanimar el espíritu revolucionario de los trabajadores manuales e intelectuales, reactivar la alianza obrero-campesina, retomar la confianza del pueblo, ganarnos a la juventud, desarrollar la economía, mejorar la vida, destruir los fundamentos internos y externos del bloqueo enemigo y hacer una contribución más efectiva al renacimiento socialista que tiene lugar en América Latina.
El desastre en Europa de ese "socialismo de estado" neocapitalista estancado, sustentado en la centralización de la propiedad, de la acumulación, de las decisiones y en el trabajo asalariado; su evolución en China hacia el capitalismo y la incapacidad del mismo para hacer avanzar la sociedad cubana, han llevado a muchos revolucionarios a trabajar en la reformulación del socialismo nunca alcanzado, siempre partiendo de las ideas centrales de los clásicos y de la universalidad y la ética martianas. Ya cuando el IV Congreso del PCC en 1991, las bases presentaron ideas para un nuevo Programa Socialista; pero cuando más difícil fue la situación internacional por la caída de la URSS y el Campo Socialista y más necesario se hacía avanzar hacia un socialismo más participativo y democrático, la dirección decidió postergar aquellas demandas, fortaleció su tradicional centralismo y sólo después de la profunda crisis del 94 decidió emprender algunas reformas -sin cambios sustanciales- básicamente en el plano económico.
El discurso de Fidel el 17.11.05 reconociendo la posible reversión de la revolución y especialmente el de Raúl el 26.07.07 estimularon otro debate donde, de nuevo, las bases se pronunciaron por un socialismo más participativo y democrático. A tres años del primero y a uno del segundo no se ha hecho público el resultado de las discusiones y la dirección no ha presentado al pueblo ningún plan concreto integral para sacar el país la crisis; ignora olímpicamente muchos análisis y propuestas de académicos, politólogos y cientistas sociales socialistas cubanos y extranjeros; sigue negando el acceso del pensamiento revolucionario no oficial a la prensa, continúa usando el cerco imperialista como justificación para contener el avance de la socialización (que no es más desarrollo en la tecnología, sino en la forma de su explotación) y sigue recargándose todo el peso y la responsabilidad por la crisis en los trabajadores y el pueblo. La gravedad se acrecienta cuando se advierte un peligroso cambio de política de EE.UU. hacia Cuba para el que no estamos preparados económica ni políticamente. Algunos que todo lo complican y entorpecen, parecen interesados en que esto se hunda.
El gobierno del compañero Raúl abrió un capítulo de esperanzas que no podemos perder, pero la resistencia natural del tejido burocrático sólo le ha permitido presentar medidas aisladas, algunas contraproducentes, para perfeccionar el estatismo asalariado, unidas al tradicional discurso de más trabajo, sacrificio y disciplina, bordeando pero sin confrontar los problemas de fondo. Se ha anunciado la convocatoria del VI Congreso del PCC para fines del 2009.
Ante esta situación, varios comunistas y revolucionarios cubanos –desde dentro- hemos venido estudiando, planteando e intercambiando un grupo de ideas centrales concentradas en este documento, el cual se pone a la consideración de los trabajadores, del pueblo y de todos los revolucionarios cubanos y del mundo, para que, valorado y enriquecido por todos, sea tenido en cuenta por todos y sea considerado como parte de las soluciones a la crisis.
No es un programa acabado, ni se intenta un nuevo esquema u otra camisa de fuerza, se busca el consenso que necesitan la República Martiana y la armonía en el funcionamiento de la sociedad. Se sugiere avanzar del estatismo a la socialización, cambiar la forma asalariada de pago por la repartición de parte de las utilidades; pasar el control de los medios, los recursos y las decisiones, de la burocracia a los colectivos sociales y laborales y a las personas, intercambiar sobre asuntos cuyas soluciones no pueden postergarse más y avanzar hacia más participación y más democracia. El enemigo aprovecha y trabaja sobre nuestros errores y tiene planes para destruir la Revolución y apoderarse de Cuba. Martí decía "Plan contra Plan". A falta de otro conocido, estas bases programáticas son nuestra contribución.
TOMADO DE: http://www.elnuevoherald.com/noticias/america_latina/cuba/story/271712.html

miércoles, 13 de agosto de 2008

DEL COMANDANTE SÓLO QUEDA LA NOSTALGIA

Por: Yoani Sánchez

(Yoani Sánchez, ganadora del premio Ortega y Gasset por su blog ‘Generación Y’, escribe para El Espectador su visión de la Cuba de hoy. Dice que mientras le quede un soplo de vida, Fidel no se considerará vencido.)

Fidel Castro llega hoy a los ochenta y dos años. Será la tercera vez que celebre su cumpleaños alejado del público. No soplará las velas sobre un gran pastel rodeado de niños, no brindará con los trabajadores destacados, ni recibirá el baño de multitudes. Tampoco escuchará su nombre coreado como una mágica invocación. No estarán con él dos de sus armas predilectas: las cámaras y los micrófonos. Probablemente, ni siquiera sus hijos y nietos puedan acercársele para decirle al oído la cosa más simple del mundo: “Felicidades”.Desde su cama de enfermo en una habitación estéril, la pantalla de un televisor será su precario contacto con la realidad. Frente a ella, después de tantos años de haber sido protagonista, aprende ahora el papel de espectador.

Se escribirán muchas crónicas referidas a su persona y al símbolo en que se ha convertido. No tantas como cuando cumplió los ochenta hace dos años en medio de una gran incertidumbre sobre sus posibilidades de vencer la muerte. Fueron muchos los que se adelantaron entonces a escribir el panegírico definitivo y no pocos se sintieron tentados a buscarle un epitafio. Como suele ocurrir con los individuos de su especie, con tantos beneficiarios y con tantas víctimas, lo que se diga sobre él oscilará siempre entre la apología y el improperio.

Más allá de la natural inquietud sobre cuánto le queda de vida, las principales preocupaciones de Fidel Castro son el destino de su obra y el juicio que sobre él hará la historia. Ambas cosas están ligadas de forma indisoluble. El país que ha heredado a su hermano, como si fuera un feudo, sufre una profunda crisis económica, política y social. Para salir de este atolladero parece imprescindible realizar cambios. Muchas de las transformaciones que añora la población demandan un rompimiento, un acto público de retractación, que sirva como garantía de que no se volverán a cometer las mismas faltas.

La ausencia de un compromiso político con estos cambios, que ya se demandan a viva voz, daría la impresión de que lo único que se pretende hacer es una corrección cosmética para mantenerse al mando. Sin embargo, llevar la crítica a sus extremos podría ser demoledor para quien, por haber detentado el poder de forma absoluta e indiscutible, es considerado el causante de todos los logros, pero también el culpable de todos los errores.

Con frecuencia el diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista, publica la “reflexiones del compañero Fidel”. A veces pasan dos semanas que no aparecen, o salen tres de forma consecutiva. En ellas Fidel Castro se refiere a cualquier tema: la crisis energética mundial, el lanzamiento de un submarino inglés, su correspondencia con Milosevic, la situación en Corea del Norte o la deserción de deportistas. Habla de todo menos de los presumibles cambios que necesita la sociedad cubana.

En ocasiones da la impresión de que conspira contra ellos. De hecho, el no mencionarlos es más que suficiente para enviar un mensaje de desaprobación.

Determinar de forma científica lo que quiere la gente resulta muy difícil en un país sin encuestas independientes. En la calle primero como un murmullo y cada vez más abiertamente— el pueblo exige lo que el máximo líder siempre le ha impedido tener: derechos civiles y políticos, junto a libertades económicas.

La mayoría no lo define de esa forma genérica, sino que envuelve sus pedidos con frases de menor vuelo como “lo que yo quiero es no tener que pedirle permiso al Estado para salir del país y poder regresar cuando quiera”, “sería bueno que un ciudadano normal no tenga que movilizar toda su valentía personal para opinar diferente al gobierno” o “si me dejaran, podría organizar con mi familia y mis amigos una pequeña empresa”.

Algunas de esas conquistas son tan triviales que no se entienden fuera de Cuba. En la larga lista de los reclamos se halla la posibilidad de poder comprar un carro en un concesionario, solicitar un teléfono o servicio de internet, alquilar un bote para pescar junto a la costa, invitar a un pariente del interior a que pase un tiempo en casa, adquirir una revista o un periódico extranjero, tener una antena satelital, fundar un club de filatelia y otras tonterías que le dan a las personas la sensación de ser un individuos con derechos y, por qué no, con ambiciones.

Los cubanos quieren ser, en fin, ciudadanos que puedan vivir decentemente de lo que obtienen con su trabajo y que se les permita protestar cuando lo que ganan no les alcance. No soportan seguir siendo soldados que deben conformarse con el uniforme y que paran en firme ante la voz de su comandante. La gente también parece estar harta de tener un poderoso enemigo permanente. Eso es, en fin de cuentas, lo único que justifica que se tengan que comportar como soldados.

En vísperas del aniversario 50 del triunfo de la Revolución, con todos los méritos que le atribuyen y con todos los vicios que le achacan, se pueden decir dos grandes verdades del experimento que inició Castro en Cuba: que no ha colapsado, como presagiaron sus enemigos, y que no ha alcanzado los objetivos prometidos, como vaticinaron sus seguidores.

Aquel intento de construir una sociedad justa y próspera habitada por el hombre nuevo demostró ser una quimera inviable. Pero el concepto de victoria, propugnado por el máximo líder de la revolución, ha sido que mientras le quede un soplo de vida no se considerará vencido. Para él, en su inquebrantable espíritu deportivo, este juego no tiene un tiempo límite, lo que le permite desconocer la derrota por desfavorable que sea el marcador.

Así fue en 1953, cuando tras arruinarse el plan de asaltar la segunda fortaleza militar del país, fue a la prisión con la promesa de continuar la lucha. En 1956, después del naufragio con el que concluyó su malograda expedición en el yate Granma, al contar 12 hombres y 7 fusiles exclamó eufórico: “Ahora sí vamos a ganar la guerra”. Su crónico voluntarismo hizo que en octubre de 1962, después que Nikita Krushov decidió —de forma unilateral— retirar los cohetes con cargas atómicas instalados en la isla, declarara: “Los cohetes morales no serán desmantelados jamás”.

El obstinado optimismo del que hace gala lo llevó en 1970, tras el fracaso de no poder realizar la ansiada cosecha de 10 millones de toneladas de azúcar, a enunciar la frase: “Vamos a convertir el revés en victoria”. Hasta en 1980, luego de que más de cien mil cubanos huyeron del país por el puente marítimo de Mariel a Miami, terminó por decir: “Que se vaya la escoria, que se vaya”. Pocas veces la voluntad de un hombre ha pesado tanto en una nación. Nunca antes la voluntad de un hombre pesó tanto en Cuba. Su personalidad obstinada será histórica.

Pero la naturaleza y la historia son todavía más testarudas que él y tienen otra opinión. Las nuevas generaciones olvidarán su voz y su discurso. El obstáculo que representa su porfiada resistencia desaparecerá. Otros sueños, menos caros pero más viables, serán emprendidos, aunque nunca lo entiendan fuera de Cuba los que ven a esta Isla como un ejemplo.

Al principio todavía habrá espacio para la alabanza de su inmensa figura: “El hombre que resistió el embate de diez administraciones norteamericanas, que supo perseverar cuando todos se rindieron y que poseía una energía a la que se le atribuyó incluso la detención de huracanes. Un político con una sorprendente larga visión y con la infinita suerte de encontrar siempre un apoyo providencial”. Luego vendrán los análisis serenos, la desclasificación de su papelería, los testimonios incómodos y tarde o temprano llegará la diatriba.

Quedará la nostalgia y el 13 de agosto del 2026 habrá libertad, incluso para que en un pequeño teatro, un reducido grupo de nostálgicos celebre su centenario.

TOMADO DE: http://www.elespectador.com/im.....-nostalgia

sábado, 9 de agosto de 2008

LOS INICIOS DEL CASTELLANO

Hallan el primer documento escrito en castellano
Pilar Infiesta, Diario de León

El municipio de Chozas, en León, España, quiere dar fama mundial al manuscrito de La Rozuela como primer texto en español, anterior incluso a los manuscritos de San Millán de la Cogolla.

Hace 1.049 años, un monje despensero del monasterio de San Justo y San Pastor, en La Rozuela, garabateó las primeras palabras que se conocen escritas en castgellano. Los quince renglones de su listado de víveres y entregas de quesos develan el uso de una lengua que vulgarizaba ya el latín y comenzaba a bucear en el romance castellano.

El Ayuntamiento de Chozas (León, España) quiere dar fama mundial a ese documento, bautizado como 'Nodicia de Kesos' y fechado el 24 de enero del año 959, por constituir «una prueba clara de que el alumbramiento de la lengua castellana, o leonesa para muchos, se efectuó en este municipio y no en San Millán de la Cogolla», asegura el alcalde, Roberto López Luna, quien dice no entender cómo León ha quedado fuera del Camino de la Lengua.

El regidor no resta importancia a las Glosas Emilianenses encontradas en el monasterio de La Rioja, que están consideradas oficialmente como el origen del castellano, pero recuerda que están fechadas en el año 977, dieciocho años después que el texto de La Rozuela.

Para dar fuerza al pergamino, el alcalde pretende iniciar una serie de contactos con las instituciones y los expertos para lograr apoyos que coloquen el testamento de Hermenegildo y Zita, a cuyo dorso escribió el monje Ximeno su famoso listado, en el «lugar que merece dentro de la historia». El texto, que hoy custodia el Archivo de la Catedral, es el baluarte que utilizará Chozas de Abajo para lograr las adhesiones que sitúen el nacimiento de la lengua castellana (o leonesa) en Cembranos, en el antiguo poblado de La Rozuela.

Apoyos de investigadores

El Ayuntamiento ya goza del apoyo del investigador Matías Díez Alonso, quien ha escrito varios libros sobre la importancia del documento. También dará publicidad a la versión de las primeras personas que ensalzaron el manuscrito, como Justiniano Rodríguez, quien, en 1964, señaló que el origen del español tuvo su cuna en Chozas en el libro El monasterio de Ardón, publicado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y el centro de estudios San Isidoro de León. Junto a él, el archivero de la Catedral de León, el canónigo Agapito Fernández, puso el acento en 1977, durante la conmemoración del milenario del nacimiento del español, en que el templo conservaba un escrito anterior al de San Millán. Incluso Ramón Menéndez Pidal lo incluyó en sus Orígenes del español . No obstante, sus advertencias han tenido, de momento, poco eco para cambiar la historia.

En la Expo de Sevilla

La actuación del Gobierno autonómico en este caso también es paradójica. La Junta presentó la Nodicia de Kesos en la Expo de Sevilla en 1992 como el primer escrito en castellano. Sin embargo, a la hora de proponer emplazamientos para el trazado del Camino de la Lengua Castellana, impulsado a partir de 1997, se olvidó de Chozas. El itinerario de turismo cultural parte de San Millán, se dirige al monasterio de Santo Domingo de Silos, en la provincia de Burgos, después a Valladolid, Salamanca, y, tras pasar por Ávila, culmina en Alcalá de Henares, ciudad natal de Miguel de Cervantes.

El filólogo vallisoletano Jorge Ribero-Meneses ha denunciado el trazado ante la Unesco por considerar errónea la teoría de que el castellano nació en La Rioja y propone otro alternativo que uniría Santoña, en Cantabria, con Toledo, y que incorporara siete ramales procedentes de otros tantos puntos clave del nacimiento del idioma: Oviedo, La Rozuela, Aguilar de Campoo, Vitoria, Santo Domingo de Silos, Soria y Nájera. El alcalde tampoco entiende por qué León ha quedado fuera del proyecto, no sólo por la evidencia de la Nodicia de Kesos, sino por la influencia en la evolución del castellano.
TOMADO DE: http://www.elcastellano.org/noticia.php?id=704

domingo, 3 de agosto de 2008

HA MUERTO UN GRANDE

De las múltiples historias que se pudieran decir de Solzhenitsin he escogido esta carta que FOGONERO EMERGENTE publica hoy. Por su obra y su vida -vida que es, ella sola, una gran novela- este hombre quedará en los anales de la Literatura.

Carta Abierta de Mstislav Rostropovich sobre Alexander Solzhenitsin, a los periódicos Pravda, Izvestia, Literaturnaya Gaseta y Cultura Soviética.


Octubre 31, 1970.

Al jefe de redacción:

No es ya ningún secreto que A. I. Solzhenitsyn vive, durante la mayor parte del tiempo, en mi casa cerca de Moscú.

Fui testigo de su expulsión del Sindicato de Escritores, cuando estaba trabajando en su novela Agosto, 1914 y, recientemente, he sido testigo de su recepción del premio Nóbel y de la campaña periodística subsiguiente. Es para referirme a esta última que le escribo esta carta.

Por lo que recuerdo, es la tercera vez que un escritor soviético recibe el premio Nóbel. Respecto de dos de esos casos, consideramos la concesión del premio como una sucia maniobra política y, en uno de ellos (el de Sholokhov) como el merecido reconocimiento de la relevancia mundial de nuestra literatura. Si, en ese momento, Sholokhov se hubiese negado a aceptar el premio de manos de aquellos que lo otorgaron a Pasternak, 'por motivos relacionados con la guerra fría', hubiera comprendido que, en lo sucesivo, no podíamos confiar en la objetividad ni en la honestidad de los miembros de la Academia Sueca.

Pero, ahora resulta que, actuando selectivamente, en ocasiones aceptamos el premio Nóbel de literatura con agradecimiento y, en ocasiones, lo rechazamos. Pero, ¿qué sucedería si la próxima vez el premio fuese concedido al camarada Kochetov? Debería ser aceptado, ¿no es así? ¿Cuál fue la razón por la que, un día después de que fuese otorgado el premio a Solzhenitsyn, nuestros periódicos publicaron un extraño relato de la conversación entre el corresponsal X y un representante del secretariado del Sindicato de Escritores, a fin de que toda la nación (incluyendo obviamente, todos los hombres de letras, todos los músicos, etc.) apoyaran su expulsión del sindicato? ¿por qué Literaturnaya Gazeta seleccionó tendenciosamente, entre muchos periódicos occidentales, sólo aquellos que publicaron los diarios americanos y suecos comunistas, pasando por alto diarios comunistas mucho más populares y significativos, como Humanité, Les Lettres Françaises y Unitá, sin mencionar a los no comunistas? Si confiamos en la opinión de cierto crítico llamado Bonovsky, ¿por qué no tener en cuenta la opinión de escritores destacados, tales como Böll, Aragon y François Mauriac?

Recuerdo, y desearía que ustedes lo recordaran, nuestros periódicos de 1948. Cuántas diatribas se publicaron contra S.S.Prokofiev y D.D. Shostakóvich, ahora reconocidos como gigantes de nuestra música. Por ejemplo:`Camaradas D. Shostakóvich, S. Prokofiev, V. Shebalin, N.Myaskovsky, et al. Vuestra música atonal y cacofónica es ORGÁNICAMENTE AJENA AL PUEBLO... Consideramos que la música de Shostakóvich, Myaskovsky y Prokofiev es completamente inaceptable. No posee orden ni armonía y carece de tonalidad y melodía´...

Cuando hoy leemos los periódicos de aquellos años, la vergüenza nos abruma. Porque durante tres décadas no pudimos escuchar la ópera Katerina Izmailova. Porque S.S. Prokofievno pudo escuchar, en vida, la última versión de su ópera `La guerra y la paz´ o su `Concierto sinfónico para violoncelo y orquesta´. Porque existía una lista oficial de las composiciones prohibidas de Shostakóvich, Prokofiev, Myaskovsky y Khachaturian.

¿Es posible que el tiempo transcurrido no nos haya enseñado a ser más prudentes cuando se trata de destruir a personas talentosas? Sin mencionar a toda la nación. ¿Por qué obligar a la gente a emitir opiniones sobre cosas que jamás han leído o escuchado? Recuerdo con orgullo que no asistí a la asamblea de los artistas en el sindicato central de trabajadores del arte, cuando B. Pasternak fue denostado y yo debía criticar su libro `Doctor Zhivago´, que aún no había leído.

En 1948 existían listas de obras prohibidas. Hoy preferimos PROHIBICIONES verbales, sobre la base de que 'existe la opinión de que esto no debe ser recomendado'. Pero es imposible saber dónde está esa opinión o quién la sustenta. ¿Por qué, por ejemplo, se le impidió a G. Vishnevskaya (una de las más importantes cantantes de ópera, esposa de M. Rostropovich) cantar, en un concierto en Moscú, el brillante ciclo de canciones de Boris Tchaikovsky, basado en un texto de Joseph Brodsky? ¿Por qué, en varias ocasiones, impidieron la audición del ciclo de Shostakóvih, basado en un texto de Sasha Cherny, aunque el texto había sido publicado en este país? ¿Por qué hubo extrañas dificultades para la audición de la Decimotercera y Decimocuarta sinfonías de Shostakóvich?

Obviamente, 'existía la opinión...' ¿Quién concibió la 'opinión' de que Solzhenitsyn debía ser expulsado del sindicato de escritores? No he podido averiguarlo, aunque me interesa mucho.

Es poco probable que cinco escritores de Ryazan se atreviesen a hacerlo, si no existiera una misteriosa 'opinión'.

Es evidente que, esa OPINIÓN ha impedido a mis compatriotas ver el filme de Tarkovsky Andrei Rublev, que fue vendido al exterior y que tuve la fortuna de ver, junto con los embelesados parisienses. Fue evidentemente, la OPINIÓN la que impidió la publicación de Pabellón de cancerosos de Solzhenitsyn, que ya había sido impreso en Novy Mir. Pero, si hubiese sido publicado en este país, hubiese sido comentado abiertamente, para beneficio del autor y los lectores.

No he de referirme a los problemas económicos o políticos de nuestro país, ya que existen personas que los conocen mejor que yo.

Pero, dígame, por favor, ¿por qué es que, en lo que respecta al arte y literatura, la palabra decisiva la emiten personas que nada tienen que ver con esas disciplinas? ¿Por qué se les otorga el derecho de desacreditar nuestro arte ante la opinión pública?

No me estoy refiriendo al pasado para quejarme, sino para que, en el futuro, digamos, dentro de veinte años, no debamos esconder avergonzados, los periódicos de hoy.

Toda persona debería tener el derecho de expresar sus puntos de vista sin temor y con independencia, acerca de aquello que conoce, sobre lo que ha pensado y analizado; y no ofrecer débiles variantes de una OPINIÓN que le es impuesta.

Nuestro deber es el de discutir libremente, sin insinuaciones ni rechazos. Sé que mi carta provocará la aparición de una OPINIÓN acerca de mí. Pero ello no me infunde temor; estoy expresando mi pensamiento abiertamente. Los talentos que constituyen el orgullo de nuestra nación no deben estar sujetos a preconceptos. Conozco muchas de las obras de Solzhenitsyn. Me agradan y pienso que, a través del sufrimiento, se ha ganado el derecho de expresar por escrito su visión de la realidad.

Tampoco veo porqué debo ocultar mi opinión sobre él, cuando se desata una campaña en su contra.

MSTILAV ROSTROPOVICH, Octubre 31, 1970.

TOMADO DE: Fogonero Emergente